Gabriel
Alejandro Real de Azúa (1803-1889)
Es uno de los fabulistas más fecundos del siglo XIX. Nacido
en Buenos Aires, de padre español, se traslada a Chile a causa de vicisitudes
políticas, donde se educa. Viaja por Europa y por América y tiene ocasión de
estudiar la literatura y conocer a eminentes escritores. Su género predilecto
fue la fábula, de las que escribió más de doscientas, por lo que le dieron el
nombre “El Esopo americano”. Por lo
general dichas fábulas son chistosas y ocurrentes, como la de “El sordo” que
Carmen Bravo Villasante incluyó en la Antología, y en su brevedad sumamente ejemplares.
Escribió también numerosas poesías y comedias, máximas y pensamientos morales.
A su vez, me permito agregar una fábula más, “El águila, el león y el cordero”,
extraída del libro “Fábulas –
Antología de poetas americanos” – Susaeta/1978.
El sordo
Dijo un sordo: ¿por qué inventan
Que es bullicioso el Cochino,
Cuando tengo en la pocilga
Seis que no meten ruido?
Mienten pues los que tal dicen
O bien un linaje mismo
No tienen todos los Cerdos,
Pues son callados los míos.
Es de inferir que éstos eran
Seis trompetas del Juicio,
Que gruñir como verracos
Supieron desde muy chicos.
¡Ved cual ciega el amor propio!
Lo que era falta de oído
En el sordo, él lo atribuía
A falta de sus vecinos.
Un Águila real se
subió a la cima de un áspero cerro. Y desde allí pudo ver que al pie de la
cumbre el feroz León se hallaba durmiendo.
-Es grande, es hermoso -se dijo el
Águila-. Me llegaré a conocerlo.
Y, con batir las alas, se posó en el
prado. Despertó el León, irguió su melena y le saludó con acatamiento. Ella
contestó al saludo y comenzaron una charla en la que ambos despreciaban a todos
los demás animales del Universo. El León dijo:
-Nuestras dos especies han fundado
imperios.
-Cierto, cierto… Vos en la tierra y
yo en el cielo…
Un Corderito que
estaba escuchando, listo para la carrera, tuvo el valor de encararse con ellos:
-No hay duda de que ambos sois monarcas excelsos.
Pero el hurto y la rapiña son vuestros procedimientos. No querría
poseer vuestra grandeza, amigos. El lustre y realce de más alto precio es el
que uno adquiere por sí, siendo bueno, y no por la prosapia de sus abuelos.
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La imagen de Gabriel Alejandro Real de Anzúa, es un grabado antiguo, realizado con técnica xilográfica por el autor Carretero. El dibujo es de Badillo.-
Extraído del siguiente enlace: http://www.grabadoantiguo.com/index.php?clave=Retratos&_pagi_pg=169&_pagi_pg=171
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